Ridículo, inaudito, impresentable y repugnante. Todo eso que aparentas ser y no te llegas ni a los talones y bailando fuera de los sermones te haces ver entre tanta seguridad aparentada. Volviendo atrás todo parece confuso, algo agrio, poco verde y algo obtuso, sin querer y por egoísmo no nos mostramos como nosotros mismos y poco te importa. Tejes entre tus manos la nueva soga que me colgara del cuello, la que me obliga a bajar la cabeza y besarte los pies con tal de seguir respirando mis momentos bellos. No se van mis moretones escondidos y seguis golpeando desde tu sueño "dejame libre, no me interesan tus deseos".
Es la realidad, la basura que decidi acumular, recontando centavos que patean la vereda, sintiendo el calor del pavimiento tan lejos de tu entendimiento, ese polvo que enrojece mi garganta, la mordaza que me tiene en falta. Se corre y no se deja agarrar, me hace sentir el error siempre y una vez más, humecta de miel en el recuerdo por solo un segundo y lejos de estar cuerdo se aleja quemandome y jugando con las cenizas del incendio. Siempre con tu lejania, con tu escudo protector, tus miles de cristales estallados y esa risa matizada en maldad que dice lentamente "ya te arrepentirás". Silenciemos el pasado, resbalemos de presente, no miremos un futuro, rodemos por tu vientre a oscuras, inventemos mariposas con el sol, mirame y no lastimes, abrazame pero no me ahogues, deja al costado el prejuicio y permitite vibrar, solo sin tu sonrisa suelo llorar..
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