miércoles, 20 de octubre de 2010


Ciruela abre los ojos, esos mismo que cerró un instante atrás para volver a encontrarse. Respira hondo y es en vano, otro intento que se le fue de las manos, ella no sabe donde se perdió, no sabe si dejo su esencia un martes 6 am o en un veredicto sin sol. Ciruela solo cree en las palabras acompañadas de tinte ilusión, enferma al escuchar su confusión y cada día que pasa le hace un nudito más a la fe por problemas de extravío. Ciruela quiere un abrazo, la realidad suele darle algunos portazos, se divierte mirando a los pasajeros del subte y tiene tendencia de correr en las escaleras. Siempre disfruta de algún lector, a veces reniega de su creador. Ciruelita necesita un té y dos o tres tostadas con miel, borrar alguna que otra vivencia, recorrer nuevamente el sabor sobre la piel. El mundo esta lleno de mundos, cada corazón, cada cabeza es un planeta distinto, todos en sus órbitas, viviendo ordenadamente desordenados. Ciruela se pregunta ¿cuando se encontraran sus órbitas? ¿Cuando la sorprenderá la explosión?

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