Caigo en cuenta que me despierto con sonrisas que te robé, que cada una de las canciones que cantaba ya se adueñaron de un beso que no dimos y me pregunto a donde vamos sin mapas ni candados. Rumbos desiertos en cariños inciertos y me sigo sorprendiendo de cada uno de tus gestos, admirando la profundidad del tiempo en el reflejo de tu celeste azul. Son sólo algunos días y grande la emoción, sigo sin encontrar razones ni motivos, esos que me llevaron a confiar en vos, pero no cambio por nada estas risas alborotadas que me despeinan a medida que voy. Estábamos llenos de asombro cuando la ternura nos vino a buscar y me propuso no salir de los escombros para poder encontrarme sin escarbar. Tengo ganas de abandonar esta mochila de historias al sol, dejarla libre para algún que otro montón, mientras comprendo que con vos el tiempo es indeterminado y que no preocupa nada más que la sensación.
Unas ganas locas de correr sin un límite de tiempo, sin ninguno de tus abrazos ni de tus callejuelas sin amanecer. Dejemos atrás lo perdido, rescatemos lo aprendido y sigamos sin más. Me gusta verme reflejada en tus espacios, encontrarme en tus abrazos y perderme nuevamente para volverte a buscar. De repente me siento en las nubes y sin ninguna bala que me pueda matar. Parece que encuentro el tesoro al fin del arcoiris con solo escucharte hablar y que un día sin sol ni luna llegaste sin más.
Juguemos con la posibilidad máxima del empate, dejame acercarme a tu mejor, quizás mirándome un rato de modo transparente, entenderás que no llevo armazón, que no disparo flechas ni acuchillo momentos por mi propia devoción. Intento ver y que mires sin mascaras, caretas, ni sueños imposibles, esa que viste es donde me reencuentro en cada lugar que me haces sentir un poquito mejor.
unas ganas locas..
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