viernes, 17 de junio de 2011

Y nos encontramos en el camino de las mañanas, de tu sueño algo espeso y mi maraña poco desenredada, donde ni los sabios saben responder que es lo que nos envuelve y nos transporta sobre la piel. Es la puerta que parece un vaiven, que nos adentra al mundo que nos huele a infinito y nos situa sin tanta histeria frente a la ruleta de caminos a elegir, para que nos encontremos a la vuelta de la esquina sin márgenes, corchetes ni sangrías, escojamos un sitio abierto, donde no son necesarios los puertos para desembarcar. Son esos nuevos ojos, los tuyos y los mios los que se encuentran, atraviesan lo cotidiano y se perplejan, se toman un descanso para admirar lo que siempre vimos y nunca admiramos en verdad. Un lento intercambio de colores sin aun probar tus sabores, relatando zonas comunes mientras nos acercamos a las costas de lo desconocido, sin desatarme de lo que todavía es mio, provocando nuevos siluetas que conquisten algo que nunca fue prohibido.






las sorpresas donde uno menos espera..

No hay comentarios: