El idioma de tu cabeza y esa mezcla del arcoiris que hoy se escurre por una cama donde no soñaste, quiero que veas con los oídos y toques con los ojos, no me asustes que me asusta verme asustada y si volteas, no me oprimas el corazón puede que no exista este perdón, no encuentro música mas triste ni palabra que invite a volver a confiar en el institinto que toma vino tinto y nunca le apatecieron meses impares, ese deseo de espiar entre tus inventos, probarme toda clase de elementos, mirar dos minutos por tus ventanas y esconder estos delirios en tu placard, que el día que lo abras caiga todo sobre tu balero y rías por recordar que aún no me entendes y no me vas a entender jamás, y yo no tengo que preocuparme, porque el poco entendimiento es nuevo trofeo de repisas y te llevaste todos los números de mi loteria. Disfrutemos de los rincones no explorados, de vivir algo desenfrenados, que hoy las migas no te molesten y ya no seas parte de la peste. Voy siguiendo el consejo de teorías y hechizos que invento, repetir tu nombre sin argumento, malidiciendo una vez más cuando no te invito y te encuentro. Me conocen, saben que cuando gano me desgano, por eso no me indiques que caíste en las redes, si lo hiciste, date por muerto y no desesperes, nada menos atractivo que el circo de la despedida cuando nunca existió la ida.