viernes, 9 de abril de 2010

Baja del escalón y respira por una última vez de mi pelo, reíte de esta mueca y acercate nuevamente al suelo, los extraños que se conocen parecen desconocerse por un momento, es la tendencia de sentir que tiembla la tierra por apenas rozarte, la costumbre de dejarte sobre el lado izquierdo del alma para que reposes y compartas tus sueños. Intento que comprendas que no es fácil dejarte pasar por mis pupilas, ojos que no confian pero que terminan en el desliz del misterio. Tejo un nudo en la garganta y la madeja no parece terminar, salgo a buscarte y sólo te encuentro repartido en palabras.

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