lunes, 22 de marzo de 2010


Margaritas lilas desparramadas por el césped colorado, entre las líneas de tu boca, mi mano que dibuja tu espalda y suspira en tu cuello, me perdí al encontrarme en el brillo de tu ojo izquierdo y aún sin saber que es lo que pienso vuelvo a concentrarme en tu sabor, alegre de andar extraviando la conciencia mientras que la sonrisa disimula el temor, me enredo entre tu negro cabello y ahí puedo ser yo. No me digas para siempre pero tampoco nunca más, si me equivoco dejame adivinar, esto de alterarse comienza a mostrarnos su esplendor y no hay nada mejor que haber sentido indecisión. Te sigo porque no quiero ir a otra dirección, son pocas las veces en que te encuentro y milagrosamente sabe mejor, se lo que es no sentirse a gusto y hasta percibir algo de dolor, pero ya no reniego de eso, son experiencias y sólo ellas tienen razón.

2 comentarios:

Santi dijo...

El mejor!!

te adoro!

Nicolás dijo...

EXCELENTE