martes, 23 de marzo de 2010


Esa capacidad para entromerte entre mis pasos, tirarme los papeles, los escalofríos, la ropa y hasta las ideas, ese permiso que nadie te dio y una licencia que no fui yo quien habilitó. Inconsciente, incoherente el día que decidí lo que no fue mi decisión y ni siquiera mi acción, estas ganas locas de no sentirte más quedaron en el bolsillo del jean que ahora esta en el lavarropas, intacto el muy maldito, es impermeable. Si, maldito, maldito sea el momento en que siento que tu perfume se acerca, que su sombra se fugó, que el oleaje de tu mar no me va a ahogar, que me dejas llegar pero siempre es otra tu ruta, no recorrerte más y encontrarte todas las noches en el árbol azul de mi 8vo sueño y que un día por fin tus palabras no duelan..¿Qué se hace cuando todos los días sos distinto a ayer? al extremo de no confiarte, de no saber si estoy despierta, si aún soy yo o si me deje esperando que la palabra me suspire en el hombro.

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