martes, 5 de marzo de 2013

Sigue sorprendiéndome la poca capacidad que últimamente boicotea toda decisión tomada, me propongo lo que debería ser simple de cumplir, y de hecho siempre lo fue, nunca existía tal dilema, pero ahora parece que levantarse implica contrariarse e improvisar. Y es ahí donde me descubro entre partes de vida que no se si son sueños o realidad, donde es difícil identificar los límites, las aristas de la historia. Creo saber porque no los delimito, porque no los encierro en el costado de lo prohibido, y es simplemente porque no quiero, porque es un espacio en donde lo que me ofrece el territorio al que llegaría pasando el límite ya no me asusta, ya dejó de intimidarme lo que no fuese fácil de explicar, en realidad, creo que muchas veces buscamos explicación para cosas que simplemente no las tienen, y el no tener posibilidad de ser racionalizadas, se hacen más bellas, más especiales. Yo no puedo nombrar cuando y porque dije basta a mi antigua forma de mirar, quizás simplemente un reloj me marcó final del tiempo a una costumbre constante de despachar lo que cuesta hacerse cargo de ver. Cuando me pregunto que hacia antes de mirarte, hay algo que me dice que tengo la certeza que perdía el tiempo, y aunque mi mañana sea incierto, no me importaría equivocarme, si eso pasara, porque nadie está exento, sería ganar sin duda, ganar un chance, ganar valor, eliminar una duda y quizás aprender a jugar mejor. No puedo no medir las palabras, porque a pesar de todo, siento que pensar es una virtud, pero no hay materia gris que pueda ponerle nombre a lo que se llame extrañar tanto hasta los detalles que se transformaron en especiales y que en otro par de ojos quedarían insulsos. No se nombrar muchas cosas, no se que pasará, no se porque lo siento, no se con exactitud si se sabrá, y son dudas que no me gustan, sólo una que se desprende de todas ellas es la que más me hace suspirar, y es que no se como podía querer tanto y haber aprendido a callar. Ya cansada de repasar, el que dirán, el que hacer, el porque y los comos, dejo libre cualquier dificultad al azar, sabiendo que será lo que deba ser cuando los miedos se atrevan a barajar o lo que nos atrevamos a mirar.

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