Nostalgia, esa puntada que te agujerea el pecho. Es helada, mayormente inoportuna y confusa ¿Que podemos hacer? una buena patada en el totó y que fría churros.. mentira. No me la cree nadie.. yo siempre la abrazo, la mimo y la vivo. Sirve, uno vuelve a ser feliz unos instantes y a veces nos da impulso para cambiar de rumbo. Otras no, nos hace tropezar con la misma piedra un millón de veces más, buscando desesperadamente y como unos adictos, la misma sensación de la droga al que llamamos recuerdo.
Es difícil ignorar a la nostalgia, suele pegarse en los zapatos, se abrocha a las piernas, nos moja la oreja o nos hace cosquillas.
Realidad y nostalgia no se llevan bien, una se fagocita a la otra en una enorme guerra por papeles protagónicos, ni la realidad cede ni la nostalgia se deja.
¿Llego la nostalgia? Mirala, hablale, recorre cada centímetro de su existencia, saboreala.
¿No la sentís? ¿¡Como!? ¿Ni con los ojos cerrados? ¿Antes de dormir o ante la presencia de ciertos perfumes? que vida tan vacía..
1 comentario:
La nostalgia me da un amor/odio gigante, la amo y la odio sin dudas...
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