lunes, 12 de septiembre de 2011

Mareada del decirte si cuando deberia contestarte no, con los pies en un barro del cual no quiero ni puedo limpiar, me pregunto para que me acerco si se que me vas a quemar. Te inventas tu mundo y me dejas que te espie, mas abris los brazos para luego soltarme ante tu cambio, no te gusta que comparta pero tampoco que me vuelva egoista, y cuando menos lo espero es tu mano la que busca la mia y cuando mas me sorprendo en tu abrazo y no logro acostumbrarme a saber que dos faroles te desviarán del camino para mostrarte las tentaciones de un nuevo destino. No me pruebas pero tampoco me sueltas, y entonces ¿con qué me quedo? ¿cuál es mi rol, dónde dejo el cuerpo? Si soy tu amante, tu querida, tu sueño, tu hombro o algún desvelo, si pensamos lo único que hacemos es saber correr ante las cosas buenas a arriesgar y que el miedo a fracasar no nos deja ver el más allá. Me propongo otra comunicación, un plan perfecto para el derroche, una nueva vía de escape, pero en donde te encuentro me quedo sola, mareada, tonta y vacilante, sin esperar lo constante, lejos de todo lo que me predispuse a dejar. Por eso esta disyuntiva, este viaje escaso de guías, esta tentativa de verte, encontrar una determinación, la resolución si seguirte para perderme o dejarte para encontrarme.




nos hacemos los tontos.

1 comentario:

Santi dijo...

Uff si le pusiera un título sería "histerico"