sábado, 9 de abril de 2011

Sos feliz mirando esos ojos que un día quisiste dejar, jugando y haciendo maleable un cuerpo sin sal, pasando el dulce de tus muelas al agujero que un tiempo atrás dijo palabras que no quisiste escuchar, mientras la distancia, los tiempos y tus mentiras se hacían rogar. Es justo ahora y en plena madrugada que la realidad me golpea secamente en la sien, con sus dos manitos corta mi ilusión en juliana y las tira como una lluvia, quedan todas desparramadas en el suelo donde aguardan que el viento logre destruirlas más. Que maldita necesidad de querer lo incorrecto, vivir siempre de cuentos, de frases hechas, de promesas tan vacias, promesas inmaduras que no iban a germinar. Te llevaste mi parte muy lejos y tengo muy en claro que la guardaste en un cajón, una historia más que te rumorea la almohada, va a morir ahí juntando polvo y pelusa. Que desperdicio y como una se equivoca, para por fin entender que ya no hay bocas que escuchen sin fiar ni miradas que erizen de verdad. Yo me quedo calladita, no voy a hablar, no vale la pena tirar tu castillo de naipes por una equivocación sin enmendar, silenciosa, quizás ahí pueda olvidar, de una vez por toda tirar de esa cadena que día a día me suele ahorcar y aún no encuentro la manera de cortar.
Ya el tiempo nos tiene distantes, jugando a ser desconocidos amantes, aun amarrados por el olvido que no olvida, sintiendo como laten los besos que dejamos perder. Lejos, felices o no pero lejos, viejo remedio para las soledades ya siempre solas acompañadas por la canción de cuna de una niña rara. Hay personas que no esperan que los ayuden, ni siquiera cuando lo necesitan, ni ante un alma que realmente necesitaba hacerlo..



hay cosas que nunca parecen cambiar y terminan matandote la lógica..

1 comentario:

Santi dijo...

Mejor tener algunos sentimientos lejos me parece..