viernes, 17 de diciembre de 2010

Al punto y coma del desencuentro, a metros del olvido, al girar del temor aplastando el amor. Son tus dedos sin los mios, cuatro ojos y ningún sol, se empaña tu sonrisa y la brisa pronostica chaparrón. Remarcando el error, nuevas palabras, un lustro mejor, dejandome ahogar en el barro espeso, recordando aquel único beso, soy yo quien pide que olvides el descuido de no mirarte, de perderme un segundo en la oscuridad, de tomar un camino equivocado, de creer que era el acertado, no mirar a mis costados y aún no caer en cuenta que se terminó el balanceo de mis dados.

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