
Es de noche y hay viento, cuento estrellas y en veinte pierdo y me da fiaca empezar de nuevo, me pongo a inventar, creo escenas, canciones y bailes, me dejo volar. Dibujo entre mis dedos algo de arena que no suele molestar y cuando quiero me levanto, corro, salto y me espanto, hago muecas en el espejo, me recito poemas viejos, me corto el pelo, huelo el jabón, me desprendo de mi ropa y me pongo un camisón, doy giros, giros y más giros, me tambaleo y me mareo, miro al perro que tiene cuatro narices, me río y me duermo. Subo pisando sólo escalones impares, prendo y apago la luz, le deseo buenas noches a los fantasmas y le comento que mañana intentaré ser mejor, silencio la constante bocina y disparo a la luz, armo un escudo de sábanas floreadas, me acomodo el pantalón, digo tres o cuatro deseos y doy gracias al sol, cierro los ojos y finjo que muero para resucitar en la mañana con frío o mucho calor.
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