martes, 10 de agosto de 2010


"No, esto recién empieza" - dice un señor detrás de la barra mientras el americano se le escapa de la taza y empapa el mostrador. La chica se sentó en la mesa al lado de la ventana y mientras saborea el chocolate que se derrite en su boca y la leche aun tibia, escucha el tintineo de las tazas. Ahora suena una bocina, que vos también escuchas desde tu balcón, si es que tenes uno en este rincón. Esta calle está repleta de ventanas que se abren y se cierran, se asoman y se quejan. En alguna de esas ventanas habitarás vos, con tus canciones mojadas, tu pelo desordenado, tu ideas flotando y algún que otro tajo en el corazón. Mientras la merienda se enfría vos aprendiste a decir que no y ella mira de a ratos las flores de alrededor, que de tanto frío y algo de hastío se quedaron sin razón. Te comparto un rayito de sol, media luna y un botón, guardalo entre el sueño y la vigilia, ahí estaré yo. La que a veces se equivoca, la que aplastó la ilusión, la que hoy quiere despegarla del pavimento, darla vuelta y algo de calor. Es que será que mirandote pierdo el miedo, el pudor, el ombligo, dos o tres anillos y hasta la voz.

1 comentario:

Santi dijo...

Esto se merece una firma y muchos aplausos!! :)

me encanto.. te adoro