Volver. Uno siempre vuelve. De donde sea, por alguien o por uno mismo, la vuelta es algo pronosticado, ya sabido. Es común irnos para encontrarnos, aunque sea sólo por un instante. Yo me fui, me fui y por momentos desee nunca volver, no dejar que la rutina de la ciudad cobre su efecto y me devuelva a mis hábitos.. pero no elegí donde nacer y mi vida está en esta ciudad que a veces es gris y algo hostil pero con la fortuna de contener amigos y colores que me acompañan. No te extrañé, ciudad, allá cambié tus bocinas por el susurro de los álamos que desprenden un aroma de libertad y me arrullaron en todas mis siestas, cambie tu inflexible asfalto por una arena juguetona siempre entrometida entre mis dedos y mis sábanas, cambie de color, era dueña de colores castaños y me amigue más con el sol, acá no son necesarios los tacones para elevarme, basta con sentir las olas que vienen y van entre mis piernas para llegar a respirar hondo y tocar el cielo. Me modifique. Resigné algunas preguntas, me llevo algunas conmigo, enterré lágrimas y sembré algunas risas, tejí sueños y ésta vez no me hice promesas, en realidad si..hice una promesa, no prometerme nada más y vivir, vivir es lo que más me gusta.
lunes, 15 de marzo de 2010
Volver. Uno siempre vuelve. De donde sea, por alguien o por uno mismo, la vuelta es algo pronosticado, ya sabido. Es común irnos para encontrarnos, aunque sea sólo por un instante. Yo me fui, me fui y por momentos desee nunca volver, no dejar que la rutina de la ciudad cobre su efecto y me devuelva a mis hábitos.. pero no elegí donde nacer y mi vida está en esta ciudad que a veces es gris y algo hostil pero con la fortuna de contener amigos y colores que me acompañan. No te extrañé, ciudad, allá cambié tus bocinas por el susurro de los álamos que desprenden un aroma de libertad y me arrullaron en todas mis siestas, cambie tu inflexible asfalto por una arena juguetona siempre entrometida entre mis dedos y mis sábanas, cambie de color, era dueña de colores castaños y me amigue más con el sol, acá no son necesarios los tacones para elevarme, basta con sentir las olas que vienen y van entre mis piernas para llegar a respirar hondo y tocar el cielo. Me modifique. Resigné algunas preguntas, me llevo algunas conmigo, enterré lágrimas y sembré algunas risas, tejí sueños y ésta vez no me hice promesas, en realidad si..hice una promesa, no prometerme nada más y vivir, vivir es lo que más me gusta.
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1 comentario:
Pero, por mi parte, por suerte volviste :)
Te adoro!
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