jueves, 4 de marzo de 2010
Porque es tu pasión, esa fuerza que imprimen tus manos en mi cintura que poco a poco pierde sus vestiduras, que se pliega e impacta con tu pecho buscando algo de calor, y son mis manos sobre tu cuello, sobre tu pelo, que se arrancan, se esconden y pasan a recorrer cada centímetro de tu espalda con una violencia que habría muerto por nacer delicada. Se empujan, se estrujan, se encuentran, y todo es un simple final. Cuando vuelvo a mi alrededor y poso mis manos sobre mis ojos con la intención de despertar, entiendo que mi piel tiene tu perfume, y comprendo que el aroma de tu piel quedó grabado en las manos que te recorrían y los labios que sólo saboreaban tu dulzura.
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1 comentario:
Si la historia nos hace escribir así, que siempre existan historias!
Te adoro!
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